Wednesday, May 10, 2006

Una prisión para tu mente
En el libro “Hostage to the Devil” hay un pasaje que se podría aplicar a todos nosotros con respecto al concepto de mente del depredador. Lo que está pasando en el libro es que un sacerdote le está haciendo un exorcismo a un chico llamado Carl. Y el demonio (llamado Tortoise) dice que ha poseído a Carl porque él lo pidió. El demonio explica que no hay palabras para esta comprensión de “querer ser poseído”, que es más bien un “pensamiento”. Y he aquí lo que el sacerdote finalmente comprende:
Su principal pensamiento es aquel de horror: horror de ver lo que sucede, horror de su proprio prisión de su mente. El “pensamiento” le es ahora claro en una forma al cual él nunca soñó: él lo ve concretamente en sus cuatro asistentes y en Carl. Estos están completamente cómodos; sus únicas emociones es el preguntarse del porqué Hearty (el sacerdote) no está cómodo. Él quiere gritarles, diciendo: “Cuidado! Cuidado! Han jugado sobre sus deseos de tener un comportamiento normal. Lo están haciendo todo normal para ustedes.” Pero él no pudo abrir su boca para producir un sonido.Mientras esta sensación crece, él ve más y más claramente lo que está sucediendo. Nadie quiere creer en el mal realmente, sobre todo, no en un “ser” malo, un espíritu malo. Todos quieren abolir la idea. El admitir la existencia del mal implica responsabilidad, y nadie quiere esa responsabilidad. Esa es la apertura por la cual Tortoise entra, callando toda sospecha, haciendo todo normal y natural. Ese es el “pensamiento”, la inercia del ser humano ordinario que tiende a no creer en el mal. Y, si no conoces el modus operandi del mal, como puedes estar seguro de lo que el bien es?