Friday, June 09, 2006

¿ Y tu que sabes ?


es la película que se esperaba desde hace tiempo, para otros es un pobre intento cinematográfico, y para muchos, es un tema complicado por su alto contenido de entendimiento humano, pero que tenemos que ver.
Hay que comenzar por decir que no es una película tradicional. Es la historia de una fotógrafa, engañada por su marido, por consecuencia divorciada, deprimida y engañada, que va por la vida tratando de encontrar respuestas a las más elementales preguntas que cualquier ser humano puede hacerse en las mismas condiciones.
Alterna a su historia, vemos una serie de entrevistas con expertos en el tema de la física cuántica, que van de alguna forma explicando las acciones de Amanda (Marleen Matlin). Por lo menos así lo fui tejiendo en mi mente.
Sin profundizar en el tema científicamente hablando ¿Y tú qué sabes? Se convierte en un documental con razonamientos en los que creo, y que están al alcance de las personas que no entendemos con facilidad el poder de los pensamientos, y la solución mental que se le puede dar a cada problema ficticio o real.
Evidentemente si los lectores están interesados en la mecánica cuántica como es, la película no será de grandes aportaciones, porque en 110 minutos es difícil explicar la teoría y su aplicación a la práctica.
Pero si lo que realmente les llama la atención es entender que un mal pensamiento enfocado a nuestros cuerpos y a nuestras acciones, puede llegar a destruirnos, o bien, a lograr los objetivos, como la paz y la tranquilidad, además de conseguir la estabilidad en la vida.
La mente con todo su poder, hace que armemos historias inexistentes, termina con nuestro amor propio, y evita racionalizar las acciones negativas si es que no nos tomamos el tiempo de ser nuestro propio observador.
En estos tiempos de crisis humana, la cinta de Marck Vicente, William Arntz y Betsy Chasse, resulta una valiosísima opción para conocernos, entendernos, aceptarnos, querernos, y mejorar la calidad de vida, la propia, y la de todas las personas que están a nuestro alrededor. Porque de hecho no estamos solos.