Tuesday, October 03, 2006

38 años despuès

¡Urgente!
Por: Olallo Rubio

Todos los mexicanos que tienen memoria histórica (tristemente cada día son menos), recuerdan el 2 de octubre como una fecha trágica. Ayer se cumplieron 38 años de la infame masacre perpretada por el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz en Tlatelolco, en 1968. Casi cuatro décadas después, los culpables que siguen vivos permanecen impunes y las "respetadas" instituciones no han logrado sancionar a los responsables de un crimen masivo cometido contra gente inocente.
Mi generación (nací en 1977) ha crecido escuchando la historia de la brutal intervención del Ejército en una manifestación de estudiantes: los defensores del gobierno priista argumentan que el movimiento estaba siendo manipulado por grupos de poder "de tendencia socialista", ¡¿y eso qué importa?!, la atrocidad se cometió y nada lo puede justificar. A muchos (más de los que TV Azteca y Televisa nos quieren hacer creer), los crímenes cometidos en San Salvador Atenco nos remitieron a las historias que hemos escuchado de aquella matanza. Sí, fueron situaciones y circunstancias muy diferentes, pero hubo abusos y los medios no fueron objetivos con lo ocurrido. Atenco me recordó la película de Jorge Fons protagonizada por María Rojo, Hector Bonilla, Eduardo Palomo, Demian y Bruno Bichir, Rojo Amanecer, en cuya trama, durante el 2 de octubre de 1968, elementos de "las fuerzas del orden" entran a un departamento en Tlatelolco y asesinan a todos los que están en su interior.
En Atenco, la policía entró sin orden judicial de cateo a varias casas y los agentes cometieron muchas atrocidades descarada y cínicamente (a diferencia de la década de los sesenta, ahora la información viaja mucho más rápido).
Tlatelolco no fue un caso aislado en el mundo. Durante ese año ocurrieron varios actos de represión similares en varias partes del orbe. Es complicado comparar épocas pero lo que está ocurriendo en Estados Unidos y sus tentáculos en otros países no es tan diferente de lo que ocurría a finales de los sesenta. Soldados estadunidenses en una guerra que no entienden y que muchos, a pesar de su corta edad y deficiente educación, catalogan como innecesaria y totalmente basada en mentiras. Por un lado, hay apatía y cinismo y, por otro, indignación y resentimiento. En el caso de Atenco muchos olvidan que hubo un perredista involucrado, estaban tan preocupados porque "el mesías" ganara la Presidencia que ignoraron lo de Atenco, "eso no era tan importante", López Obrador guardó silencio. ¿No era el defensor de los pobres? ¿Eso no iba a ayudarle en las encuestas? El tiempo borra superficialmente algunas heridas y eso es lo que mucha gente que debió haber denunciado las atrocidades, en su momento lo dejó pasar ¿Y ahora? ¿Qué sucedió con El Peje? ¿Ya no les tocó hueso? ¿Ya no les tocó su parte del presupuesto? Es dificil confiar en las autoridades… 38 años después, no podemos olvidarlo.