Thursday, November 30, 2006

¡Urgente!
Por: Olallo Rubio
Política de nacos
Mientras los cineastas mexicanos dan la vuelta al mundo con su extraordinario trabajo, nuestros políticos hacen el ridículo y le regalan divertidas notas a diarios de todo el planeta. Directores de cine como Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón o Alejandro González Iñárritu son elogiados en los festivales más importantes del orbe y realizan cintas comercialmente exitosas; en cambio, nuestros "políticos" se agarran a golpes en el Palacio Legislativo como si estuvieran en un rancho… bueno, eso no debe sorprender a nadie, ¡vivimos en un rancho gobernado por cavernícolas! Se supone que debemos respetar a nuestros legisladores, pero, después de esto, podemos decir abierta y públicamente que en la clase política hay puro naco. Dan pena ajena. Hace unos meses todos hablaban de "la democracia", de "la evolución democrática de México", "si no votas, cállate", "respeto a las instituciones". ¿Y ahora? ¿Dónde está la democracia? La clase política es una broma de mal gusto. "Nuestros" legisladores se portan como si fueran adolescentes ebrios afuera de un antro a las cinco de la mañana. ¡Son patéticos! Peleando por el poder a golpes (fuera de San Lázaro pelean, por lo mismo, a balazos, con calumnias, mentiras, fabricación de delitos y todo tipo de trampas). Ya no se aguantaron y sacaron su verdadero rostro. ¿Cómo quieren que los mexicanos creamos que vivimos en un país democrático si la clase política se comporta de esa manera? Por lo pronto, algo me queda muy claro: si se trata de la APPO, "¡son unos salvajes rebeldes!"; si la madriza es en San Lázaro, "ah, son nuestros respetables legisladores". Decían que eran diputados, no boxeadores, ¡claro que no son boxeadores ni luchadores! Los profesionales sí tienen estrategia y un entrenamiento especial, lo hacen en lugares destinados para eso y les pagan por ofrecer un espectáculo. Estos tipos se pelean como changos fuera de control. Yo no quiero ser representado por ellos. ¿Les pagamos para eso?, ¿para que nos den un torpe show de circo mal coordinado? Gritando estupideces y empujándose como si estuvieran afuera de una cantina discutiendo sobre la cuenta. Actores-comediantes como Luis de Alba o Héctor Suárez han hecho dignas representaciones de los políticos mexicanos, en programas de televisión y películas. ¡Ellos se merecen todo mi respeto! La única diferencia entre las representaciones cómicas de los comediantes mencionados y el comportamiento de los cavernícolas es que Héctor Suárez y Luis de Alba lo hacen con gracia. Allá arriba hay más nacos que acá abajo. Existe una frase popular que dice: "Si lo mexicano es naco y lo mexicano es chido, entonces, verdad de Dios, todo lo naco es chido". ¡Mentira! Esos mexicanos (los seudoluchadores disfrazados de seudolegisladores) son nacos y no son chidos. ¡Nada chidos! ¡Antichidos! Son simplemente nacos. Tomando en cuenta la definición despectiva de "naco".