Thursday, March 05, 2009

Despertamos al son del tráfico matutino, a trabajar a un lado de la cama mientras espabilamos, nos bañamos si es necesario y salimos a pasear sobre horizontes amargados. El panorama es siniestro, pero estamos acostumbrados. Escuchamos música y acentuamos los sentimientos por aquello que está lejos y que extrañamos.
Comenzamos la semana gustosamente aletargados, en espera de otros cambios.