Ayer.
Ayer, hace mucho no me pasaba, me dio miedo un trueno. Pero no fue como miedo de que me sorprendió el ruido o me agarrara en la pendeja. Fue como un miedo precario; que el cielo tuviera retortijones me aterraba, como si dios me odiara, pues.
El màs distante, soy errante navegante que jamàs te olvidarè.
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