Tuesday, September 20, 2011

La humanidad, triste intento de especie.

Una prueba contundente de que estamos hechos con las patas es que somos muy dados a dar por sentado la belleza. Nos acostumbramos muy rápido a ella. El ejemplo contundente es lo que pasa con las canciones. Uno chotea cualquier rola con facilidad aterradora. Me requeteencabrona venir escuchando el Hail to the Thief y que sencillamente sea una música de fondo, cuando a verdad es que hace meses me tenía completamente entusiasmado. Lo oí, oí, oí, oí... hasta el hartazgo. Hasta que dejó de ser más importante que ubicar a la guapa del vagón del metro. Cuya belleza -dado el caso- también me hartaría en breve. No estamos diseñados para retener la hermosura natural de las cosas. Eso es re doloroso. La forma de ciertas nubes, una espalda de dama, la línea de una novela que provocó escalofríos, un beso que sabía a ron con coca, las prendas y la piel que siente como diurex... todo lo hermoso se esfuma.