La Venganza de los Primates
El màs distante, soy errante navegante que jamàs te olvidarè.
Thursday, November 15, 2012
Wednesday, November 14, 2012
No tenemos alma. Al menos no de manera tácita. Es verdad que nacemos con el cálido aliento que nos insufló el dios creador. Carne que fue barro, todo siendo hallazgo y magia. Ese hálito se va perdiendo conforme crecemos y preferimos darle mayor importancia a la acumulación de las dos cosas más vulgares que la vida conmemora: el amor y el dinero.
No tenemos alma, la extraviamos en el camino Y lo más vil:
fuimos
el público que aplaude o bosteza en su
butaca.
El problema de los “etcéteras” es que en ellos cabe
todo. Caben distracciones y textos carentes de espíritu. Aplauso o bostezo.
La chamba del hombre a lo mejor consiste en extraer gemas de entre la inmundicia
y el vómito. Meter las manos en la mierda para decir: este hallazgo
aquí escondido alimenta mi alma enclenque. Las series gringas no
adicionan alma (aunque hay openings que sí, o diálogos que sí o emociones
sostenidas semanalmente que sí), los libros bestselleros no adicionan alma
(aunque en todo libro hay al menos una línea que se salve, por casualidad si
se quiere). En fin, creo que mi punto es claro.
Cuidado: el alma no se baña exclusivamente en el sol
que proyecta la creación artística. Basta con una pasión honesta. Eso,
pasiones honestas: llámesele hacer gelatinas, conquistar el espacio o
diseñar sostenes.
Antes existían algunas películas “de arte” cabían en una
o dos semanas. Y entonces resultaba que a todos nos volvía locos el cine
maligno, o la danza contemporánea. Ahora resulta que todos estamos vueltos
locos por los dibujos en las cavernas del primer hombre (obvio, en tercera
dimensión). Son ejemplos. Todo mundo como degenerado suplicándole al dios
de la taquilla que lo conmueva, que le haga sentir que vale la pena estar
vivo.
la gente, hambreada y urgida de sentirse viva, sobrellenó
las butacas del recinto más melancólico que nos quedaba a los tristes en la
Ciudad de México. Se volvió insoportable ir a ver películas. Parejitas
besándose, gente con lentes ridículamente imbéciles, filmes menores y tristemente
comerciales que permanecen en cartelera por meses y meses. Ahora reconstruyeron
la Cineteca, la adaptaron para su nuevo público. No iré a menos que sea
inevitable (cine mudo los jueves, acaso). Los abatidos nos vamos quedando sin
sitios.
Quedan algunos cafecitos, algunos parques, algunas cantinas
a las que sopitas.com no ha llegado.
Pasa lo mismo en todo. La gente se vuelve loca consumiendo
etcéteras. Ni siquiera hay descuentos importantes. Todo funciona como una
falluca. Hay presentaciones valiosas: sí, las hay; pero eso es lo de menos.
Mi hermano Miguel me dejó de acompañar desde hace mucho al juego porque se dio
cuenta que darle seguimiento al futbol no es sino dejar en claro la eterna
frustración del espectador de no ser uno de los veintidós que abajo se
baten en épico duelo.
Saturday, November 03, 2012
Olenka
Hoy he escrito un cuento...
Olenka. Así se llamaba mi perra. Y aunque la perdí, fue el tesoro más grande que tuve. No puedo controlar las lágrimas que quieren salir de mis ojos al contemplar esta foto que le tomé, que mandé ampliar y que coloqué en mi cuarto. La foto del hijo que nunca tuve. De la esposa que jamás me amó. Sus ojos profundos, de mirada interesante, amplia, tierna, con el aire del más sofisticado de las damas. Sus orejas largas, suaves, que escucharon tantas cosas. debajo de las sillas era su lugar favorito, cómodo, le encantaba porque allí solía sentarme yo cuando estaba deprimido, cuando en soledad, creía que hasta el demonio se había olvidado de mí y ya no me tentaba. Solo Olenka, con su cara de Chistosa, me hacía reír. Sus patas me encantaban, y porqué no, me parecían sensuales, en la foto me gusta esa posición, de quien no teme nada, y nada le importa. Sí, a veces me hubiera gustado ser perro, hubiera tenido un amo (o ama y eso sería mejor) que me cuidara, me consintiera, me hablara y me tomara una foto.
Volviendo a las patas de Olenka, eran largas, y, a veces, me molestaba la vanidad de esa malvada cachorrita. Nadie como élla sabía menear la cola, y dar cada paso, un, dos, tres, cuatro, y mirar para cada lado, nunca al piso, siempre al frente… Olenka era de aquellos seres contradictorios, me regaló los momentos más alegres de mi vida, y también me regaló los momentos más deprimentes. Era tan especial, que me alegraba la vida sentir a alguien tan cercano, sin embargo era tan extremadamente cariñosa, noble, sensible y amorosa que lograba exasperarme. Me di cuenta que en la calle el centro de atención era mi Olenka, yo siempre estaba oculto, la gente me decía "tan lindo el perro", "que perro tan espectacular", y del dueño qué, y del maldito del dueño qué? Me di cuenta que las personas que estuvieron conmigo, quisieron más a mi perro que a mí; mis amigos y las personas a las que más amé tuvieron que ver más con Olenka que conmigo. olenka para aquí, Olenka para allá, Olenka por esto, Olenka lo otro. Por eso es que tomé la decisión, la tomé en plena conciencia, y perdi intensionalmente a ese perro, lo solte y lo vi partir, lo vi mirarme con su cara de inocente, como pidiendo perdón por ser tan especial, por haber sido mi sombra. Sin embargo Olenka se fue.
Fue la única persona que he querido en toda de mi vida…pero, ¿es que acaso alguna vez he querido a alguien?
Fernando termina de escribir el cuento…
Piensa en lo que ocurrio realmente:
Al pasear con Olenka la correa se rompio, Olenka se perdio, ella jugetona y animada por correr se extravio; la busco toda una noche... al regreas a casa frustrado y cansado, solo durmio, a la mañana siguiente escucho un ladrido en la puera y supo que ese ladrido era de ella, ese ladrido unico y molesto, muy molesto, eso no importa por que ella regreso, Olenka volvio.
Fernando se alegra, Se pone rojo… y más bien piensa en otra cosa.
Piensa en lo que ocurrio realmente:
Al pasear con Olenka la correa se rompio, Olenka se perdio, ella jugetona y animada por correr se extravio; la busco toda una noche... al regreas a casa frustrado y cansado, solo durmio, a la mañana siguiente escucho un ladrido en la puera y supo que ese ladrido era de ella, ese ladrido unico y molesto, muy molesto, eso no importa por que ella regreso, Olenka volvio.
Fernando se alegra, Se pone rojo… y más bien piensa en otra cosa.
foto de Olenka a la orilla de mi cama, hoy en la mañana.
Placeres culpables o simples trasfondos de ansiedad..?
SE ENTIENDE COMO UNA FORMA DE TERMINAR DE CUMPLIR O SUPLIR UNA CARENCIA? O SIMPLE GUSTO IRRESISTIBLE.
Al menos yo...Tengo varios. Algunos confesables ( hey no se entienda que tengo inconfesables de los malos malos, tengo casi inconfesables. Pero no se ventilan al aire, bueno no sé si tanto tampoco).
Por ejemplo, uno:
Cuando manejo solo en la carretera, siento un irresistible impulso de ir a una velocidad mayor que la permitida. Tampoco para matarse!, pero que rico es sentirse libre como pájaro, o rápido cuál liebre en este caso. Eso sí, me freno porque tan inconsciente no soy, pero de que lo he hecho si, y después me baja el cargo de conciencia...como tan irresponsable?
El otro. Es poner la música a un nivel altísimo mientras tiro lejos los zapatos y me da por bailar y cantar solo.(y aunque hoy no estoy para bailar esta ayuda mucho).
Thursday, November 01, 2012
Me gustaria ser como tu:
una persona a la q no le importa que los charquitos se seque
que deja ir las oportunidades mas bellas de la vida
una persona que no siente
que omite y no resuelve
que no cumple
que solo da la espalda y deja atras el amor
que solo lastima
que deja atras el nombre de MATEO
que solo ilusiona para despues abandonar
que dedica canciones que jamas cumplira
que pide pero no da nada a cambio
que dedica poemas ya dedicados
quisiera ser esa persona que solo abandona y pisotea.