Thursday, November 15, 2012

Wednesday, November 14, 2012

No ten­emos alma. Al menos no de man­era tácita. Es ver­dad que nace­mos con el cálido aliento que nos insu­fló el dios creador. Carne que fue barro, todo siendo hal­lazgo y magia. Ese hál­ito se va per­di­endo con­forme cre­ce­mos y prefe­r­i­mos darle mayor impor­tan­cia a la acu­mu­lación de las dos cosas más vul­gares que la vida con­mem­ora: el amor y el dinero.

No ten­emos alma, la extravi­amos en el camino Y lo más vil: fuimosel público que aplaude o bosteza en su butaca.

Y ese verso de Paz está, curiosa­mente, lleno de entu­si­asmo porque ambas cir­cun­stan­cias (aplaudir o abur­rirse) al menos a mí me hacen pen­sar que el daño no es irrevocable:

Ver el cine nos suma mano­jos de alma, ramil­letes, fuentes de luz y arrestos. Etcétera…

Leer cier­tos cuen­tos de Capote agrega alma. Leer a Melville la ensan­cha. Leer a Borges la encam­ina. Al con­junto de poetas que la Antigüedad llama unán­ime­mente Homero la siem­bra. Etcétera.

El prob­lema de los “etcéteras” es que en ellos cabe todo. Caben dis­trac­ciones y tex­tos car­entes de espíritu. Aplauso o bostezo. La chamba del hom­bre a lo mejor con­siste en extraer gemas de entre la inmundi­cia y el vómito. Meter las manos en la mierda para decir: este hal­lazgo aquí escon­dido ali­menta mi alma enclenque. Las series gringas no adi­cio­nan alma (aunque hay open­ings que sí, o diál­o­gos que sí o emo­ciones sostenidas sem­anal­mente que sí), los libros best­selleros no adi­cio­nan alma (aunque en todo libro hay al menos una línea que se salve, por casu­al­i­dad si se quiere). En fin, creo que mi punto es claro.

Cuidado: el alma no se baña exclu­si­va­mente en el sol que proyecta la creación artís­tica. Basta con una pasión hon­esta. Eso, pasiones hon­es­tas: lláme­sele hacer gelati­nas, con­quis­tar el espa­cio o dis­eñar sostenes.

 Pero nos encanta que nos recuer­den que podemos tener alma. Que es posi­ble poseer una. Esa es la fun­ción pri­mor­dial de los even­tos cul­tur­ales, en el sen­tido más insti­tu­cional­izado de la pal­abra cultura.

Antes existían algunas pelícu­las “de arte” cabían en una o dos sem­anas. Y entonces resultaba que a todos nos volvía locos el cine maligno, o la danza con­tem­poránea. Ahora resulta que todos esta­mos vuel­tos locos por los dibu­jos en las cav­er­nas del primer hom­bre (obvio, en ter­cera dimen­sión). Son ejem­p­los. Todo mundo como degen­er­ado suplicán­dole al dios de la taquilla que lo con­mueva, que le haga sen­tir que vale la pena estar vivo.

la gente, ham­breada y urgida de sen­tirse viva, sobrel­lenó las buta­cas del recinto más melancólico que nos qued­aba a los tristes en la Ciu­dad de Méx­ico. Se volvió inso­portable ir a ver pelícu­las. Pare­ji­tas besán­dose, gente con lentes ridícu­la­mente imbé­ciles, filmes menores y tris­te­mente com­er­ciales que per­manecen en cartel­era por meses y meses. Ahora recon­struyeron la Cineteca, la adap­taron para su nuevo público. No iré a menos que sea inevitable (cine mudo los jueves, acaso). Los abati­dos nos vamos quedando sin sitios.

Quedan algunos cafecitos, algunos par­ques, algu­nas can­ti­nas a las que sopitas.com no ha llegado.

Pasa lo mismo en todo. La gente se vuelve loca con­sum­iendo etcéteras. Ni siquiera hay des­cuen­tos impor­tantes. Todo fun­ciona como una fal­luca. Hay pre­senta­ciones valiosas: sí, las hay; pero eso es lo de menos. Mi hermano Miguel me dejó de acom­pañar desde hace mucho al juego porque se dio cuenta que darle seguimiento al fut­bol no es sino dejar en claro la eterna frus­tración del espec­ta­dor de no ser uno de los vein­tidós que abajo se baten en épico duelo.

Saturday, November 03, 2012

Olenka

 
Hoy he escrito un cuento...
 
Olenka. Así se llamaba mi perra. Y aunque la perdí, fue el tesoro más grande que tuve. No puedo controlar las lágrimas que quieren salir de mis ojos al contemplar esta foto que le tomé, que mandé ampliar y que coloqué en mi cuarto. La foto del hijo que nunca tuve. De la esposa que jamás me amó. Sus ojos profundos, de mirada interesante, amplia, tierna, con el aire del más sofisticado de las damas. Sus orejas largas, suaves, que escucharon tantas cosas. debajo de las sillas era su lugar favorito, cómodo, le encantaba porque allí solía sentarme yo cuando estaba deprimido, cuando en soledad, creía que hasta el demonio se había olvidado de mí y ya no me tentaba. Solo Olenka, con su cara de Chistosa, me hacía reír. Sus patas me encantaban, y porqué no, me parecían sensuales, en la foto me gusta esa posición, de quien no teme nada, y nada le importa. Sí, a veces me hubiera gustado ser perro, hubiera tenido un amo (o ama y eso sería mejor) que me cuidara, me consintiera, me hablara y me tomara una foto.



Volviendo a las patas de Olenka, eran largas, y, a veces, me molestaba la vanidad de esa malvada cachorrita. Nadie como élla sabía menear la cola, y dar cada paso, un, dos, tres, cuatro, y mirar para cada lado, nunca al piso, siempre al frente… Olenka era de aquellos seres contradictorios, me regaló los momentos más alegres de mi vida, y también me regaló los momentos más deprimentes. Era tan especial, que me alegraba la vida sentir a alguien tan cercano, sin embargo era tan extremadamente cariñosa, noble, sensible y amorosa que lograba exasperarme. Me di cuenta que en la calle el centro de atención era mi Olenka, yo siempre estaba oculto, la gente me decía "tan lindo el perro", "que perro tan espectacular", y del dueño qué, y del maldito del dueño qué? Me di cuenta que las personas que estuvieron conmigo, quisieron más a mi perro que a mí; mis amigos y las personas a las que más amé tuvieron que ver más con Olenka que conmigo. olenka para aquí, Olenka para allá, Olenka por esto, Olenka lo otro. Por eso es que tomé la decisión, la tomé en plena conciencia, y perdi intensionalmente a ese perro, lo solte y lo vi partir, lo vi mirarme con su cara de inocente, como pidiendo perdón por ser tan especial, por haber sido mi sombra. Sin embargo Olenka se fue.
Fue la única persona que he querido en toda de mi vida…pero, ¿es que acaso alguna vez he querido a alguien?
 
Fernando termina de escribir el cuento…
Piensa en lo que ocurrio realmente:

Al pasear con Olenka la correa se rompio, Olenka se perdio, ella jugetona y animada por correr se extravio; la busco toda una noche... al regreas a casa frustrado y cansado, solo durmio, a la mañana siguiente escucho un ladrido en la puera y supo que ese ladrido era de ella, ese ladrido unico y molesto, muy molesto, eso no importa por que ella regreso, Olenka volvio.
Fernando se alegra, Se pone rojo… y más bien piensa en otra cosa.
 
 
foto de Olenka a la orilla de mi cama, hoy en la mañana.


Placeres culpables o simples trasfondos de ansiedad..?


SE ENTIENDE COMO UNA FORMA DE TERMINAR DE CUMPLIR O SUPLIR UNA CARENCIA? O SIMPLE GUSTO IRRESISTIBLE.

Al menos yo...Tengo varios. Algunos confesables ( hey no se entienda que tengo inconfesables de los malos malos, tengo casi inconfesables. Pero no se ventilan al aire, bueno no sé si tanto tampoco).

Por ejemplo, uno:

Cuando manejo solo en la carretera, siento un irresistible impulso de ir a una velocidad mayor que la permitida. Tampoco para matarse!, pero que rico es sentirse libre como pájaro, o rápido cuál liebre en este caso. Eso sí, me freno porque tan inconsciente no soy, pero de que lo he hecho si, y después me baja el cargo de conciencia...como tan irresponsable?

El otro. Es poner la música a un nivel altísimo mientras tiro lejos los zapatos y me da por bailar y cantar solo.(y aunque hoy no estoy para bailar esta ayuda mucho).

 

Thursday, November 01, 2012

Me gustaria ser como tu:
 
una persona a la q no le importa que los charquitos se seque
que deja ir las oportunidades mas bellas de la vida
una persona que no siente
que omite y no resuelve
que no cumple
que solo da la espalda y deja atras el amor
que solo lastima
que deja atras el nombre de MATEO
que solo ilusiona para despues abandonar
que dedica canciones que jamas cumplira
que pide pero no da nada a cambio
que dedica poemas ya dedicados
quisiera ser esa persona que solo abandona y pisotea.