Monday, February 25, 2013

Final

"Todo tienen su final, nada dura para siempre, tenemos que recordar que no existe eternidad"

Hector Lavoe - Todo tiene su final
 


Hoy Este blog llega a su final. Hoy las historias en este blog terminan, y concluyen con un final alegre, donde se encontraron muchas cosas a lo largo de estos años que duró este espacio, comentarios hermosos, momentos maravillosos que pasé al saber que muchos caminaron por estas letras, que leyeron y que se dejaron impactar por lo que aquí se escribía. Ha sido un tiempo maravilloso, ha sido una epoca de compartir momentos alegres, tristes, infelices o nostálgicos. Todos vividos con un gran apoyo, con esperanza, con empatía y simpatía. Muchas historias y muchas vidas han pasado por este blog. Hay momentos en que se debe terminar, se debe cerrar y se debe dejar el recuerdo.

La vida propone nuevos caminos, más íntimos, ambiciosos, simplemente diferentes, la escritura seguirá en mis cuadernos, en mi mente, pero el camino de La Venganza de los Primates llega a su final.

Muchas gracias por leer, a los que vinieron, a los que siguen viniendo y a los que llegaran, un saludo afectuoso y mis recuerdos.

F.M.

http://mitercerdeseo.blogspot.mx/

Wednesday, February 20, 2013

El no escribir.

  • Todos y todo están en tu contra. Nadie quiere que escribas, ni tu novia ni tu mamá ni tu patrón empleador ni tu bebita recién nacida ni nadie. Ni siquiera tú deberías encontrar un sitio cómodo en la escritura, no olvides que la literatura no necesita ya de ningún punto ni ninguna coma. No escribas, no escribas, no escribas. No seas escritor ¿Para qué? Escribir es doloroso, pedante y ocioso. Tú lo sabes. Mejor pierde horas enteras observándole las caderas a mujeres desconocidas en la calle o en Facebook. O mejor aún: viendo gatitos en internet.
    • Internet es el peor enemigo de todos. Principia el siglo XXI y estamos fascinados con la economía del lenguaje. La gente se está acostumbrando a pensar en determinado número de caracteres y a menospreciar el instante o buscar la carcajada destinada al olvido (el botón de refresh es una condena). Internet promueve la impaciencia. No tengas Internet en casa, mejor lee libros de carne y hueso, escribe a mano. O ve Los Simpsons. Pero que te cueste trabajo, aunque ya hayas visto ese capítulo quince veces o sólo los transmitan por la madrugada. Descubrir la belleza tiene que ir acompañado de un sacrificio, de un esfuerzo. No es honorable que todo esté siempre a la mano, además en Internet está la información pero rara vez el conocimiento.
    • Si vas a copiar, cópiale a los mejores. De hecho esta frase se la tomé prestada a Woody Allen (que se la vive copiándole a Federico Fellini). No existe la originalidad, no la pretendas. Ya todo lo que hay que decir lo dijo alguien de formas que ni te imaginas. Róbale ideas y hasta líneas completas a los “perros viejos que pelearon tan bien”. Después del pecado original se acabó la novedad en este mundo. Esa línea también se la estoy robando a alguien. Eso sí: siempre tienes que tener claro cuáles epígrafes anteceden a cada una de tus líneas. Otra advertencia: el estilo no se hereda, así que deja de querer escribir como Julio Cortázar.
    • Entiende que la Literatura se lee. No se escribe. A ver si me explico. Nadie comienza a escribir un libro pensando: “…y tendrá 325 páginas” o peor aún: “este ganará el premio de narrativa joven de Los Mochis”. La literatura es algo que ocurre, no algo que se persiga tácitamente. No está en tus manos escribir un buen libro. Ocurre y ya. La literatura está escrita en el pasado, es agua que ya pasó y se nutre de las más altas caídas. Cuando tú vas por la leche, un escritor de verdad ya hasta murió intoxicado por culpa del queso. Espero haberme explicado.
    • Cuando pienses que nadie te va a leer no te detengas. A Dostoievski tampoco lo lee nadie. Ya basta con ese pensamiento bobo de que si no tienes palancas no publicas. El entorno editorial en México es una cochinada pero si eres bueno, si tienes madera literaria, una prosa acorazada o una historia que contar: publicas (obviamente publicar en Internet no cuenta). Ojo: lo que escribes no le va a salvar la vida a nadie, jamás, nunca. Nadie se va a la cama pensando: “me pregunto qué estará escribiendo Volpi esta noche”. Nadie. Por eso mismo debes de escribir para nadie y considerando a nadie. ¡Ah! Y si escribes para ganar dinero o ser famoso estás pródigamente jodido. Vicente Quirarte lo tiene clarísimo: “…a la pregunta humillante y repetida “¿Se puede vivir de la poesía?, el poeta debe contestar que no sólo se puede vivir de la poesía, sino que la obligación del poeta es vivir de ella.” Ah. Y lee a Dostoievski. Tú sí.
    • Desconfía de los autores de moda. Odio la mesa de novedades de cualquier librería. Ya no digamos el listado de los más vendidos. Muchas veces ahí no hay Literatura, sólo libros. O peor aún: productos. De hecho una extraordinaria campaña que fomente la lectura consistiría en que el gobierno prohibiera tajantemente las mesas de novedades. Incitar la búsqueda. Búsqueda. Esa palabrita que Internet ha despojado de eficacia. Siempre que estén buscando un libro pregúntense si aquel mamotreto de páginas tiene la intención honesta de exaltarles el alma. Las editoriales, como las marchantas en el suelo, lo que quieren es vender. Casi siempre detrás de la mesa de novedades hay varios muros llenos de tomos formaditos esperando lector. Yo no dudo para nada en el valor literario de Saramago o de Reverte o de Murakami, pero a los libros de un autor de moda conviene darles tiempo para que maduren. Unos noventa años, por ejemplo.
    • Aléjate de los intelectuales. No entres en su juego de la carta más grande. Uno no vino al mundo a perder amigos, ésa es una realidad. Sin embargo más conviene cortar de tajo cualquier relación con alguien que se autodenomine artista. O peor aún: escritor. Ambos son términos caducos e indefensos. Los intelectuales están en una constante y ridícula competencia por ver quién es el que ha visto más películas o leído más libros o estornudado más veces seguidas. Recuerda que siempre existirá un autor cuyo nombre sea más difícil de pronunciar que otro. Por ahí no va la cosa. Acércate a las personas que llevan en el corazón al menos dos novelas, a los que agradecen que en la Tierra haya Stevenson. Si tu mejor amigo llora cada vez que habla de un cuento de Capote, estás en buena compañía.
    • Los boxeadores boxean. Los escritores escriben… entran a concursos, participan en becas, mandan su material a editoriales, etc. Fighters fight” dice Rocky Balboa en la sexta de sus películas. Un escritor no la tiene tan fácil. Escribe y escribe y escribe. Y cuando lo que hayas tramado tenga forma de libro, envíalo a todos los concursos posibles, mándalo a dictaminar a cuanta editorial te plazca, somételo a todas las becas habidas y por haber. El rechazo es buen maestro. Ah, pero no te obsesiones con ganar una beca o el Premio Los Mochis de Ensayo. Rosario Castellanos opina (no de forma literal): “un premio es la primer corona fúnebre en la tumba de un escritor”… Cualquier logro literario, ya sea una publicación en la revista Ecos o una beca en Bélgica es una consecuencia. Que las musas te encuentren trabajando, pero también que las fechas límite de los concursos te encuentren trabajando. Concursos chicos, grandes, importantes, estatales, internacionales… un cheque es un cheque. Siempre ten a la mano cinta adhesiva, fólderes manila y una papelería donde los engargolados y las fotocopias no salgan tan caro. O bien una papelería donde la que atiende esté guapa. Caray: writers fight.
    • Lee el doble de lo que escribes. O el triple. O mejor no escribas y nomás lee. Tampoco hay que andar buscando a ciegas el libro que “te cambié la vida”, porque esa payasada ni siquiera existe. Un libro te lleva a otro libro. Si después de Cortázar no acabas en Lugones, tal vez ni siquiera te merecías a Cortázar del todo. Además todos los senderos terminan en Hemingway, en Homero, en el divino Melville… no hay de otra. Vivimos en un siglo tan bello y neurótico, que cada cinco minutos Borges le recomienda un libro a alguien.
    • Jamás de los jamases escribas teniendo en mente que tus textos pueden ser llevados al cine. Porque vas a terminar escribiendo guiones para telenovelas o peor aún: series mexicanas queriendo ser series gringas. Uno visita cualquier aeropuerto norteamericano y en las vitrinas de las librerías se encuentra con la cartelera del cine del siguiente año. ¡No hay delito más grave que ése! Ninguna disciplina artística vive en función de otra. Los guiones cinematográficos siempre me han parecido una suerte de instructivos pésimamente escritos. Narrar con palabras tiene que ser tu fin último. Conmover con palabras. Nada me resulta más asombroso y delirante que el hecho de que todos los seres humanos estemos de acuerdo en que la palabra mano simbolice a una mano, precisamente.

    Thursday, February 14, 2013

    ¿El amor?

    No consigo dormir. Otra vez aparecieron las voces esas al cerrar los ojos.
    De un ensayo sobre las ex parejas. Lo leí hace mucho pero no consigo olvidar una parte en donde subraya una cosa: “Todas las personas que te encuentras en la calle son exnovias y exnovios de alguien”. Y tiene, por añadidura, razón.
    Mi interpretación al respecto: estamos rodeados de depresiones, desilusiones y fracasos.
    La derrota cruza las calles y pide el McTrio del día, se suena la nariz y sale del cine, nos coquetea y a veces hasta nos baja el cierre.

    La mascota de Michellin siempre me ha parecido algo muy similar a las chichis de una mujer feamente amarradas y castigadas por ataduras varias en uno de esos videos porno de BDSM. ¿Ubican?
    El problema no es que todas las historias de amor sean la misma vulgaridad innecesaria, tampoco creo que el lío devenga de que desde chicos estamos sometidos a un bombardeo exagerado de tramas cantadas o actuadas en las que el amor es el fin último de la vida. En mi cumpleaños, Alguien dijo a un lado: ¨si desde jóvenes nos hacemos un ideal perfecto del amor debemos prepararnos para una vida de frustraciones¨. Melville lo tenía más claro, a él le deprime que el hombre busque la satisfacción humana en la cama o la mujer y no en la fantasía o el intelecto. Como sea: todos tenemos derecho a amarnos pero sólo Romeo y Juliet trascienden en el tiempo.

    Día del amor y la amistad: día de la cojedera. Con la excepción del Día de la Secretaria, es hoy el día del año en que más trabajo cuesta conseguir una habitación en un hotel de paso. Congratulaciones a todos, les quiero. 

    Tuesday, February 12, 2013


    Sunday, February 10, 2013

    Es mi cumpleaños, ¿y qué?

    Efemérides: 12 de Febrero


    Cosas que han pasado un 12 de Febrero como hoy otros años:
    • 1637 Nace el anatomista y zoólogo Jan Swammerdam
    • 1673 Muere el comediógrafo Jean Baptiste Poquelin, conocido como Molière
    • 1690 Muere el pintor francés Charles Lebrun
    • 1803 Muere el poeta Friedrich Gotthiebb Klopstock
    • 1804 Muere el filósofo alemán Emmanuel Kant
    • 1809 Nace Charles Darwin, naturalista británico
    • 1809 Nace Abraham Lincoln, presidente de los Estados Unidos
    • 1815 Nace el pintor Federico Madrazo
    • 1881 Nace la bailarina Anna Pavlova
    • 1895 Nace el filósofo y sociólogo Max Horkheimer
    • 1901 Muere Ramón de Campoamor y Campoosorio, poeta español
    • 1909 Nace Bernabe Ferreyra, el “Mortero”, futbolista ídolo de River en los años 30
    • 1949 Nace Joaquín Sabina, cantautor español
    • 1952 Proclamación de la Reina Isabel II de Inglaterra
    • 1961 La URSS envía una sonda a Venus, la Venera I
    • 1979 Desaparece el cineasta Jean Renoir
    • 1984 Muere el escritor argentino Julio Cortazar
    • 1988 muere el escritor y crítico de arte argentino Jorge Romero Brest
    • 2012 Muere la cantante Whitney Houston a los 48 años en un hotel de Los Angeles


    El Troll


    A veces vas por la vida haciendo lo común, cuando un día, ¡saz! te topas con el trolling:

    Troll Says - HAY UNAS COSAS QUE ACLARAR CONTIGO MI ESTIMADO TE CONVIENE NO MAS BIEN NOS CONVIENE PIENSALO TU SI ME.CONOCES CREO YO A TI TAMBIEN HAY MEDITALO

    Cuando recibo un mensaje como el anterior de inmediato trato de no ser impetuoso y darle su pensada a cuál será mi respuesta.

    Pero este no se entiende, la ausencia de comas me dejo más interrogantes...

    *"Estimado"... ¿Aclarar?, ¿Me conviene?, ¿De cuánto estamos hablando?, porque si no es dinero pues la verdad no creo que convenga.

    *¿Nos conviene?, ¿Vamos a poner un negocio?, porque si no es dinero no creo, que más podría convenir.

    *No, no te conozco, ¿Crees tu a mi si? (digo, la ausencia de comas confunde) pues mira si eres fan del blog yo creo que sí, y es probable que hayas aprendido una o dos cosas aquí.

    *¿Meditar?, no es lo mío, es que me aburro, me da güeba y me duermo.

    *Güey, eres egresado de algún CRIT?

    *:)¿qué tan mal está si me vine mientras te leía?

    *No estás muerto por dentro, ojalá fuera así.

    Y un sin fin de etcéteras, sinceramente no creo que las entiendas.

    Pero no, no son las respuestas que quiero poner así que
    Aguardé a que llegara el día del amor para contestar lo siguiente:

    Hay el Amor...

    El amor de las ancianas a un dios a quién esperan ver pronto; el amor a un Rey Mago; el amor de las reinas censurado por una vagina dentada de hierro; el amor en tiempos de hepatitis; el amor en las miradas de las prostitutas que sacan su paraguas cuando empieza a llover. El amor de los exnovios; el que los graffittis informan; el amor de las Marías en domingo, el de sus hijas veinteañeras maquilladas de leoncito y con brillantina en Chapultepec -también en domingo-; el amor mencionado treinta veces por canción de moda (todas equivocadas). Me gustaba cuando el gato de los vecinos entraba y de la nada me mordía los nudillos y se me recostaba en el vientre, desde mi madre nadie me daba amor así: sin pedir nada a cambio. Una vez escupí en el andén de no sé qué metro y las cucarachas salieron de su agujero a beber mi saliva: amor sin pedir nada a cambio. ¿Qué es peor, el día del amor o quejarse del día del amor? Y aun así, sigue siendo más difícil encontrar cuarto en un hotel de paso el día de la Enfermera.

    La gente cree que para ser feliz hay que compartirse, si, así como ella. Que mamada.

    No sé qué te hace sentir tan único, estamos muy saturados sobre el tema. A lo mejor me equivoco pero siento que todo mundo abandona su hogar con la esperanza tácita de encontrar ese día alguien capaz de proporcionarle todas aquellas cosas que uno no puede darse por sí mismo, tal vez eso sentiste al platicar con ella, pero un buen consejo es, hablar con muchas, muchísimas personas y hacer más grande nuestro entorno, el problema es que no sé quién eres, podría darte un mejor consejo, tal vez eres el tipo de bajo eléctrico o el jugador de americano o el fulano que dice que ella trata mejor a su hijo que la propia madre, o el ex que no la deja en paz o el güey del quirófano o el primo de la amiga o el tipo que vende celulares, etc. y así, me puedo pasar tiempo mencionando pero no, me da flojera y mejor generalizo, aun así me sigue siendo sorprendente tu afán de sentirte único.

    No tenemos alma y nadie sabe amar, siempre lo eh dicho, Pero yo no estoy de la mierda. Y emocionalmente tengo alcances valiosos. La única manera de demostrártelo sería amándote, sin embargo no sé si eres hombre o mujer o si cumples con los requisitos para entrar a la Rogue Film School de Herzog (requisitos que yo le pido también a mis probables parejas) por lo tanto soy incapaz de demostrarte lo contrario a lo que hace unas semanas acotaste. En todo caso una vez hace ya varios años le escribí a una mujer que la amaba usando mis pelos, no fue sencillo, supongo que eso algún valor debe tener, no lo sé

    No es por nada, pero tu miseria me hace feliz
    Pero tranquilo querido Troll ¡Sé feliz!

    Te comprendo por qué es imposible encender la tele y que en el 89% de los canales no se encuentre una historia de amor. Nos educan a ello. Y dentro de esta desenfrenada búsqueda el mundo se divide en dos: los que tienen el amor y los que como tú no. Ambas parcialidades son atacadas por el mismo demonio malvado: la insatisfacción. Creo yo. En todo caso existen los felices ("y felices los felices", dice Borges) y como nadie experimenta en cabeza ajena quiero dejarte un mensaje y a las personas que, en este día del 2013, leén: weis seán tranquilos, jamás de los jamases hostiguen, acosen a una persona que les promete amor. (la obsecion es mal, da miedo, el decir que luchas por amor y acosas es enfermo)

    Otra cosa: "cada quien le va al equipo que se merece". Puedo afirmar que las mejores oportunidades en mi vida las he dejado pasar de largo, en todo rubro.

    Estoy segurísimo de que tienes el equipo que te mereces y la ortografía que te mereces y la facilidad-para-comunicar-opiniones que te mereces.

    Está padre que hay un día para conmemorar a los entrepiernados pero no olvidemos que mañana tendremos que seguir ingeniándolas para soportar y superar todos los otros sentimientos poco celebrados. La humildad, la envidia, la vanidad... todos muy bonitos y que pocas veces son coreados o usados para vender automóviles. El ser humano, está por encima del amor entre duplas.

     Internet a las 3 de la madrugada es como una ciudad vacía. Y uno anda desesperado buscando dónde tomar la copa final, la que lo entregará calmo a casa, la que logrará que olvides por un momento los demonios de tu vida sobria. O ya de perdida un local donde cenar tacos. El problema es que en internet a las tres de la madrugada los taqueros ya están lavando los trastes con una sóla cosa en mente: sus camitas lejanas. Ahora entiendo a mis cuates que ligan con rusas de madrugada. El otro lado del mundo sí está despierto.

    Wednesday, January 23, 2013

    Este frìo

    Con este frío tan culero da la impresión de que el año no ha empezado y que no hay muchos temas de conversación, por lo menos ya van a quitar el "árbol" navideño más feo del mundo.

    Me preocupan muchas cosas, ando triste y preocupado. El panorama general es desalentador, la literatura mexicana está secuestrada, las librerías se han vuelto una broma, parecen librerías de aeropuerto gringo (¿dónde quedaron las ediciones viejitas de todo?), los blogs han sido suplantados de a poquito por la innecesaria ecomomía del lenguaje que fomenta el dichoso twitter, siempre me quejo de que las implicaciones de documentar fotográficamente nuestras vidas son insospechadas, la verdad es que no: le mostraremos a la gente del futuro nuestros facebooks y les valdrà tanto o màs madre que los àlbumes fotogràficos de las mamàs actuales. Nuestra vida no le interesa a nadie. El siglo sigue empezando, se celebra la pendejès en todo rubro, nada màs hay que salir de fiesta un fin de semana para notarlo. Mi blog tiene años, nunca me ha dejado satisfecho y sì creo que ha bajado de nivel. No es grosería. La gente en el metrobús lee pura tontería. El amor, el sexo, la vida estàn sobrevaluadas. El Hobbit en innecesario 3d me hizo recordar los famosos espejitos con que los españoles nos robaron a las prietas. Hay una prisa absurda por arruinarlo todo, la paciencia no existe màs, la desatenciòn es la mayor de las virtudes. Hace mucho frìo, mucho, demasiado. Pero hasta en eso la cagan, nos estàn vendiendo este frìo como el màs ojete de la historia. Mentira. Hemos tenido peores, pero las cosas existen cuando uno las menciona. No es cierto: las cosas existen cuando la televisiòn las menciona. Miguel me decìa ayer: nuestros antepasados no tenìan tele por lo que se la pasaban toda la noche observando las estrellas, buscàndoles sentido. Y se lo encontraron. Me resulta conmovedor y tajantemente asombroso pensar que Galileo hace cientos de años ideó y entendió al sistema solar. Está muy cabrón ese pedo. Yo, por mi parte y asumiéndome ciudadano del siglo 21, sigo sin entender al perro que habla de Telcel o al futbol femenino en lencerìa. Estoy preocupadìsimo. Va y viene el internet en mi casa y ahora (salvo aquellos pobres empleaduchos que están anclados a una oficina.) no entiendo cómo puede alguien pasar más de media hora en internet, es humanamente imposible. Vacío y más vacío. Me siento bien solo. El gran logro de Monty Python no fue hacer la genial comedia que hicieron, el gran logro de Monty Python fue que entre todos encontraron 5 personas a quienes les resultaba gracioso lo mismo. México: nación de miedosos, mediocres e ineptos.

    Empieza el año. Que nos vaya bien a todos.

    Tuesday, January 15, 2013

    hon­esti­dad

    Declaro con hon­esti­dad que he per­dido la fe en todo lo que he escrito hasta ahora, a la par que me siento inca­paz de inten­tar algo nuevo. Escribir, lo he dicho antes, es darse cuenta de las lim­ita­ciones propias: humanas, lit­er­arias, espir­i­tuales, etc. Desde hace al menos dos meses me tiem­bla la mano enfrente del teclado. Ya no el dichoso miedo a la página en blanco sino a la vacía efigie en la pan­talla. Si uno no pulsa tecla alguna el cur­sor parpadea hasta el infinito, como una car­ca­jada. Las ideas pen­di­entes en mi cabeza se diluyen mien­tras más las med­ito, son como un tem­blor imper­cep­ti­ble que ocurre en otro sitio lejos de aquí.

    Es un pesar nor­mal. Tam­poco estoy aspi­rando a ser único, voz can­tante y mucho menos ten­der al melo­drama. No es eso. Escribir es como coger. Luego de un receso nomás es cosa de bajar un cal­zoncito para que la sapi­en­cia se reac­tive. Tengo clara una cosa: la tris­teza es sinón­imo de juven­tud. La madurez con­siste may­or­mente en saber aguan­tar el chorro sem­i­nal el mayor tiempo posi­ble. No escondo metá­fora alguna en lo ante­rior. O tal vez sí. Me apoyo en la ordi­nar­iez para ser claro. Los cuen­tos y nov­e­las –por decir­les de una forma– que tengo planeado escribir me exi­gen una madurez que tal vez no poseo aún. O que tal vez no posea nunca. Hay que ser paciente. No hay prisa. Hay med­i­c­i­nas que saben amargo.

    Wednesday, January 09, 2013

    Les parecía muy simpático inventar una situación diferente cada vez que les preguntaban cómo se habían conocido. La verdad, sucedió en una reunión que de otra manera se hubiera instalado en el olvido de las fiestas. Aquella vez intercambiaron domicilios electrónicos y a la semana ya se hablaban con apodos cursis. Estuvieron alegres un tiempo, lo que en este siglo quiere decir que de las comparaciones con el individual pasado emocional salían victoriosos. No cuesta trabajo imaginar las fotografías en que aparecen dándole la espalda a Guanajuato o el mar. De eso hoy no queda absolutamente nada. Él a veces la sueña. No siempre la menciona a la séptima cerveza. Todo mes que estuvieron juntos, ella le cortaba las uñas de los pies con un cariño ejemplar. Es porque le crecen raro, chuecas. Hasta se le clavaban en la carne.
    Hace rato ella llamó. Desea decirle algo y tiene que ser en persona.
    –Y de una vez me cortas las uñas –propuso él.
    Acordaron verse una hora más tarde. Él no sabe qué hacer con la incertidumbre, así que sale a trotar alrededor de la cuadra. El reloj avanza mañoso. Tampoco sabe qué hacer con sus kilos de más. Ya tiene los pies doloridos y las axilas empapadas. La observa estacionando su auto media hora antes de lo pactado. “Me prometí nunca volver a entrar a este departamento” piensa ella mientras baja de su automóvil. También habían prometido amarse para siempre. Cada una de las promesas que se hicieron terminaron como clavos que ya no cuelgan nada. Se abrazan esquivándose los genitales y luego suben por las escaleras hasta el tercer piso, dialogando sobre el clima y las respectivas actividades laborales. Apenas entran a la habitación ella toma asiento, atrincherándose con un cojín grande entre los brazos. Se miran en silencio. Ella recuerda aquella vez que abrieron laboriosamente una botella de vino usando un tenedor. Él recuerda la generosa forma en que ella lubrica.
    –Querías decirme algo. Vas.
    –Necesito que nos separemos, Santiago.
    Las cartas están sobre la mesa. Mirna jamás fue mucho de aterrizar sus sentimientos a la realidad, ya no digamos darle seguimiento a un calendario.
    –Mirna, llevamos dos años separados.
    –Es que conocí a alguien.
    Él se queda mudo. Adiós pedicura gratis. Es como si viajara al pasado. A un pasado del que salió huyendo, del que prefiere recordar sólo cosas buenas, diapositivas proyectadas en la cara de un inmenso edificio. Descorazonado, observa a Mirna. La recuerda llorando sin razón alguna, abandonándolo a la mitad de la película y comparando su cuerpo con el de las otras mujeres en la calle. Esa consumada necesidad que Mirna tiene por sentirse insegura, morderse los dedos hasta la sangre y fumar como desquiciada.
    –Conocí a alguien y necesito que nos separemos –repite ella. No sabe que la redundancia cierra las puertas del paraíso.
    Cada quién elige su infierno. Y el de Santiago se llamaba Mirna. Tanto trabajo que le costó omitir aquellos malos tiempos y ahora vienen y se le reaparecen con mal aliento. Como escuchar a un obeso hablando de cuando fue bello. Recuerda todas esas peleas, ella gritándole cosas y él pensando en formas prácticas de morir ahí mismo.
    –¿Pues qué te digo? Trata de estar bien. A mí no me debes nada.
    –Estoy muy entusiasmada. Hace tiempo que no me sucedía.
    –Felicidades, en serio.
    Él la observa y piensa que, de haber podido, le hubiera encantado masturbarla al menos una vez a la semana durante todo este tiempo separados. Masturbarla y nada más. Masturbarla y ya.
    –Despuesito que nos separamos anduve con un tipo y viajábamos mucho. No funcionó. Luego anduve con otro pero él no cuenta porque nada más nos veíamos para ir a un hotel, lo conocí en mi trabajo. Luego anduve con Toño. ¿Te acuerdas de él?
    Santiago imagina que el foco de luz le cae encima y lo electrocuta, imagina que comienza a vomitar hasta vaciarse, imagina que de pronto la suela de Dios lo aplasta accidentalmente.
    –Preferiría que no me contaras esas cosas, Mirna. ¿Para qué?
    –Es que, Santiago, conocí a alguien y esta vez en serio quiero echarle ganas.
    –¿Es eso lo que ibas a decirme?
    No. Lo que ella quiere decirle es que lo extraña. Que lamenta mucho que todo se fuera al diablo. Que debieron estar más tiempo juntos, que debió visitarlo semanalmente para chuparlo como loca. Que el otro día presenció un choque de autos y se asustó y se dio cuenta de que lo necesitaba muchísimo.
    –¿Y este nuevo novio de dónde salió? De una coladera, me imagino.
    –No seas grosero –responde Mirna instintivamente.
    Con un tosco movimiento Santiago le arrebata el cojín de las manos. Entonces él se transforma en el malhumorado borrachito de fin de semana que realmente es. Triste hombre en calcetines que memoriza nombres de escritores impronunciables para después utilizarlos como si fueran la carta más grande en sus ridículas reuniones. Cruel Santiago. Lo recuerda diciéndole al oído cosas como: “ojalá después de coger te transformaras en una torta de chorizo”. Cosas como: “ojalá las mujeres tuvieran carátulas intercambiables.”
    –Yo juré que ibas a hacerte funda de mi tocayo. ¿Es él quien te trae enculada? –exclama Santiago mientras camina rumbo al refrigerador metiendo la panza. Chin. No le sobraron cervezas de anoche.
    –Lo digo en serio: no seas grosero.
    –¿Entusiasmada por un camote? Tú eres incapaz de estar bien. Eres la pinche malcontenta.
    –¿No me extrañas?
    –Nada más las cosas buenas. No. No te extraño.
    –Necesito que terminemos, que nos separemos.
    –Mirna, ni siquiera me imagino cómo conseguiste mi nuevo teléfono.
    –¿Te llegaron las fotos que te envié? De cuando fuimos a Chichén.
    No pudo ignorarlas. Debieron hacer el amor en el Templo de los Guerreros, nadie los estaba viendo. Pero se habían peleado en el camión porque él no quiso matar una arañota que, agazapada en el vidrio, amenazaba con picarla.
    Los colores de la recámara vibran, ahí al fondo las sábanas mal tendidas son una invitación primero lenta y luego rápida y luego lenta. El fantasma de la cabecera pegando contra la pared. Acontece un silencio con forma de nudo mal hecho. Sus rostros lucen engrapados en sus caras, apenas si sostenidos y procurando una mueca. El departamento huele a patas. Santiago piensa en una frase de Stephen Vizinczey que no recuerda del todo. Mirna permanece sentadota y con cara de mensa, mordiéndose con ansiedad el dedo gordo. Le caería bien un cigarro pero está tratando de dejarlo.
    –Jamás debimos asesinar al que iba a ser nuestro hijo… –dice él, rotundo y claro.
    Un día, en la escuela, a Mirna le enseñaron que el ser humano nace, crece, se reproduce y muere. Ella se tomó eso muy en serio. Sobre todo la parte de ser madre. Durante horas hablaba del hijo que tendrían, le inventaba nombre y color de ojos y maestros de escuela. Él fue contundente: no me interesa hacer una familia contigo. Entonces su relación cayó en el bache. Santiago había asesinado la gran ficción que adorna todo noviazgo. Sin la ilusión de un futuro mutuo, ella perdió las ganas de coger o acompañarlo a sus reuniones de escritores o cortarle las uñas. Así Santiago comenzó a penetrarla sin condón, reteniendo el chorro seminal o cruzando los dedos. Lo hacía para darle un poco de esperanzas, jugar al amor. Hasta que un día la pluma orinada dio resultado positivo. Entonces él tuvo que convencerla de abortar. No estaban listos. Debían enfocarse en sus trabajos. Aún eran jóvenes. Tenían toda la vida para ser papás. Él terminó por convencerla. Acababan de recibir sus aguinaldos, pagaron mitad y mitad de las pastillas emergentes.
    –Ni siquiera fuiste capaz de acompañarme a la farmacia ese día, Santiago. ¿Cómo se supone que voy a perdonarte eso? –dice Mirna al mismo tiempo que un ratón avanza pegado a la pared. Chiquito y gris, cínico –Un ratón.
    –¿Qué?
    –¡Un ratón!
    La segunda vez lo grita. Luego se sube de un brinco al sofá que en otro tiempo les sirvió de mansión. Ella se pone histérica. El ratón parece salido de una película de caricaturas. En su andar menea la nariz coquetamente. Santiago jamás había estado en una situación similar. Mirna grita y da patadas.
    –Mátalo. Mátalo.
    El animalito se mete detrás de unos pósters de películas, viejas banderas de los Pumas enrolladas y fotocopias de libros, un mueble lleno de discos compactos anacrónicos. Asustado y ojón, el intruso se cuela entre los huecos.
    –Mátalo. Qué asco. ¿Hace cuánto no te hacen la limpieza?
    –Voy por la escoba. Fíjate que no se escape.
    –No, no me dejes sola.
    –Bueno, entonces ve tú por la escoba.
    –¿Y si me brinca? Son peludos, Santiago. Me da mucho asco. Mátalo.
    –No tengo la más mínima idea de cómo se mata a un ratón. No chingues.
    –Mátalo, por favor. Ya sabía que no tenía que venir.
    Tantas veces se habían dirigido uno al otro a base de gritos. Ahora es diferente y el roedor no entiende bien qué está sucediendo allá arriba. Santiago intenta tranquilizarla y va por la escoba; no la encuentra en ningún lado. Hay de dos: o el ratón se mete a la habitación o sale por la puerta, abandonando así la casa. De alguna manera él tiene que ayudar al animal a optar por la segunda opción, ya que en sus planes de ese día no está quitarle la vida a un animal metiche.
    –No lo vi. ¿Es muy grande?
    –Así.
    –No juegues, no es para tanto. Es un ratoncito de campo, nomás.
    –El otro día me contaron que siempre viajan en grupos de muchos. Al principio mandan uno a investigar y conocer el terreno. ¿Y si hay más en toda la casa? Creo que ya me voy.
    –Ni madres te vas –decide él –tenemos que hablar.
    Ella asegura su estancia arriba del sillón. El maquillaje le escurre por las mejillas. Cuando la vio, de inmediato pensó: “Se ve re chula, la cabrona”. Ahora de esa belleza queda únicamente un manchón deslavado. Él se pone en cuclillas tratando de localizar al intruso. Nada. Si guardan silencio, se escuchan las pisaditas en pares sobre la duela.
    –No encuentro la escoba, ni modo que lo patee. Voy a quitar las cosas y tú le avientas algo.
    –Es el peor plan de la historia, Santiago. Ya me voy.
    –Que no. Y deja de llorar, pareces loca. Es más, te quedas cuidándolo en lo que voy por una trampa a la tienda. Antes de que cierren.
    –No.
    –Es lo que se me ocurre.
    –Yo voy a la tienda.
    –Menos, ya es noche y está oscuro.
    No ocurre tan rápido todo. Entre diálogo y diálogo hay espacios de silencio incómodo y expectativa.
    –Necesito que estés aquí atenta a si reaparece porque si se cambia de lugar no voy a encontrarlo y va a estar por la casa durante días enteros. No quiero que anide. Ayúdame, por favor.
    –No te tardes, amor.
    Y luego suelta un grito porque cree que algo se mueve. Él sale al frío de la colonia. Camina rápido hasta la tienda. Uno debería poder establecer contratos y horarios con los animales cochinos. Sería más sencillo. Tristemente no es así. No hay nadie en las calles, sólo el brillo de las luces en la banqueta. Todo parece recién mojado, saciado de vida. Observa la luna, parece una uñita.
    Ella está atenta a los espacios sin ratón. De reojo mira la cama. Busca rastros de otra mujer, encuentra una colilla con labial en el bote de basura de la cocineta, encuentra varios calcetines rotos en la parte de los dedos. Las uñas chuecas. Llora. Ya desea que regrese Santiago. Quiere estar con él para siempre. Le dijo que conoció a alguien pero no es verdad. O bueno, sí es verdad pero no es relevante. Santiago tiene ese departamento convertido en un chiquero. Con razón se meten los ratones. Ruega que la bestia no salga. Su presencia le aterra, le da asco. Apenas llegue a casa, se aseará. Se hace tarde. Llora repitiendo: “por qué, por qué”. Su lamento espanta al ratoncito.
    –Ya regresé. ¿Se movió?
    –No.
    –Sólo conseguí estas trampas que tienen pegamento, se ponen en sitios estratégicos y cuando el animal pasa por encima queda atrapado.
    A Santiago le sobreviene un entusiasmo de cazador. Analiza dónde colocar las estampas. Vienen dos en cada caja. Compró tres. A ella le duele que él ignore sus lágrimas. Así era cuando dormían juntos, ella lloraba y a él eso no le quitaba el sueño. A partir de ahora podrían comentar que se conocieron de esta forma: “Apareció un ratón, ella se puso histérica y él colocó trampas por todos lados”.
    –No vayas a pisar una.
    –¿Me puedo bañar?
    Él atiende el rincón esperando un leve movimiento. Procura no hacer ruido para que el ratón agarre confianza. Nada. A pocos pasos de ahí el ruido del regaderazo sobre el piso de la tina se ve interrumpido por un cuerpo desnudo que él conoce a la perfección pero del que ya se acuerda poco. Mirna se asea el sexo como si tuviera planeado ofrecerlo. Duele mucho estar viva y ahí. El ratón, ni enterado. Cinco minutos después sale con una toalla hecha capullo en su cabello mojado.
    –Agarra una de mis camisas. La que quieras –le ordena él.
    –¿Te acuerdas cuando nos conocimos en Bellas Artes?
    –¿No fue más bien en la feria de la hamburguesa?
    Desnuda de la cintura para abajo, Mirna se recuesta dándole la espalda al espantoso ratón. Santiago la acomoda recargada en sus piernas, listo para masturbarla. No lo hace.
    Cuando eran novios, les obsesionaba la idea de conseguir orgasmo al mismo tiempo. Escasas veces lo consiguieron. En este instante se quedan profundamente dormidos a la par.
    Al día siguiente, lo despierta el chillido de dolor. Santiago se aproxima al parche y descubre que no se trata de un ratón. Son dos. Uno más pequeño y opaco que el otro. Mientras más intentan huir más se pegan. Santiago los observa berrear, atascados, dando brinquillos que apenas si mueven un centímetro la estampa que será su lecho final. Muriendo lentamente entre canicas de su propia mierda, con las patas dislocadas. Sus ínfimos gritos impiden a Santiago meditar por qué Mirna se fue sin despedirse, seguramente ahora mismo desayuna con el joven que tan entusiasmada la tiene estos días. Habrá que idear una forma de eliminar al par de ratones. Tal vez a patadas. O esperar sin prisa a que mueran de la desesperación. En el empaque dice que los arrojes a la basura aún vivos.

    Friday, January 04, 2013

    Descansen en Paz

    Descansen en paz muchas cosas que han muerto en mí, y que aún no se concretamente cuáles son, no se ha hecho un balance del resultado de estas guerras, pero muchas cosas han caido de lo que soy, he cometido muchas faltas personales que serán examinadas por medio de una completísima autopsia.

    Descansemos en Paz

    Fernando se retira a pensar un rato... recoge pedacitos de su ser que estallaron... Busca y pide a gritos un puto médico.

    Thursday, November 15, 2012

    Wednesday, November 14, 2012

    No ten­emos alma. Al menos no de man­era tácita. Es ver­dad que nace­mos con el cálido aliento que nos insu­fló el dios creador. Carne que fue barro, todo siendo hal­lazgo y magia. Ese hál­ito se va per­di­endo con­forme cre­ce­mos y prefe­r­i­mos darle mayor impor­tan­cia a la acu­mu­lación de las dos cosas más vul­gares que la vida con­mem­ora: el amor y el dinero.

    No ten­emos alma, la extravi­amos en el camino Y lo más vil: fuimosel público que aplaude o bosteza en su butaca.

    Y ese verso de Paz está, curiosa­mente, lleno de entu­si­asmo porque ambas cir­cun­stan­cias (aplaudir o abur­rirse) al menos a mí me hacen pen­sar que el daño no es irrevocable:

    Ver el cine nos suma mano­jos de alma, ramil­letes, fuentes de luz y arrestos. Etcétera…

    Leer cier­tos cuen­tos de Capote agrega alma. Leer a Melville la ensan­cha. Leer a Borges la encam­ina. Al con­junto de poetas que la Antigüedad llama unán­ime­mente Homero la siem­bra. Etcétera.

    El prob­lema de los “etcéteras” es que en ellos cabe todo. Caben dis­trac­ciones y tex­tos car­entes de espíritu. Aplauso o bostezo. La chamba del hom­bre a lo mejor con­siste en extraer gemas de entre la inmundi­cia y el vómito. Meter las manos en la mierda para decir: este hal­lazgo aquí escon­dido ali­menta mi alma enclenque. Las series gringas no adi­cio­nan alma (aunque hay open­ings que sí, o diál­o­gos que sí o emo­ciones sostenidas sem­anal­mente que sí), los libros best­selleros no adi­cio­nan alma (aunque en todo libro hay al menos una línea que se salve, por casu­al­i­dad si se quiere). En fin, creo que mi punto es claro.

    Cuidado: el alma no se baña exclu­si­va­mente en el sol que proyecta la creación artís­tica. Basta con una pasión hon­esta. Eso, pasiones hon­es­tas: lláme­sele hacer gelati­nas, con­quis­tar el espa­cio o dis­eñar sostenes.

     Pero nos encanta que nos recuer­den que podemos tener alma. Que es posi­ble poseer una. Esa es la fun­ción pri­mor­dial de los even­tos cul­tur­ales, en el sen­tido más insti­tu­cional­izado de la pal­abra cultura.

    Antes existían algunas pelícu­las “de arte” cabían en una o dos sem­anas. Y entonces resultaba que a todos nos volvía locos el cine maligno, o la danza con­tem­poránea. Ahora resulta que todos esta­mos vuel­tos locos por los dibu­jos en las cav­er­nas del primer hom­bre (obvio, en ter­cera dimen­sión). Son ejem­p­los. Todo mundo como degen­er­ado suplicán­dole al dios de la taquilla que lo con­mueva, que le haga sen­tir que vale la pena estar vivo.

    la gente, ham­breada y urgida de sen­tirse viva, sobrel­lenó las buta­cas del recinto más melancólico que nos qued­aba a los tristes en la Ciu­dad de Méx­ico. Se volvió inso­portable ir a ver pelícu­las. Pare­ji­tas besán­dose, gente con lentes ridícu­la­mente imbé­ciles, filmes menores y tris­te­mente com­er­ciales que per­manecen en cartel­era por meses y meses. Ahora recon­struyeron la Cineteca, la adap­taron para su nuevo público. No iré a menos que sea inevitable (cine mudo los jueves, acaso). Los abati­dos nos vamos quedando sin sitios.

    Quedan algunos cafecitos, algunos par­ques, algu­nas can­ti­nas a las que sopitas.com no ha llegado.

    Pasa lo mismo en todo. La gente se vuelve loca con­sum­iendo etcéteras. Ni siquiera hay des­cuen­tos impor­tantes. Todo fun­ciona como una fal­luca. Hay pre­senta­ciones valiosas: sí, las hay; pero eso es lo de menos. Mi hermano Miguel me dejó de acom­pañar desde hace mucho al juego porque se dio cuenta que darle seguimiento al fut­bol no es sino dejar en claro la eterna frus­tración del espec­ta­dor de no ser uno de los vein­tidós que abajo se baten en épico duelo.

    Saturday, November 03, 2012

    Olenka

     
    Hoy he escrito un cuento...
     
    Olenka. Así se llamaba mi perra. Y aunque la perdí, fue el tesoro más grande que tuve. No puedo controlar las lágrimas que quieren salir de mis ojos al contemplar esta foto que le tomé, que mandé ampliar y que coloqué en mi cuarto. La foto del hijo que nunca tuve. De la esposa que jamás me amó. Sus ojos profundos, de mirada interesante, amplia, tierna, con el aire del más sofisticado de las damas. Sus orejas largas, suaves, que escucharon tantas cosas. debajo de las sillas era su lugar favorito, cómodo, le encantaba porque allí solía sentarme yo cuando estaba deprimido, cuando en soledad, creía que hasta el demonio se había olvidado de mí y ya no me tentaba. Solo Olenka, con su cara de Chistosa, me hacía reír. Sus patas me encantaban, y porqué no, me parecían sensuales, en la foto me gusta esa posición, de quien no teme nada, y nada le importa. Sí, a veces me hubiera gustado ser perro, hubiera tenido un amo (o ama y eso sería mejor) que me cuidara, me consintiera, me hablara y me tomara una foto.



    Volviendo a las patas de Olenka, eran largas, y, a veces, me molestaba la vanidad de esa malvada cachorrita. Nadie como élla sabía menear la cola, y dar cada paso, un, dos, tres, cuatro, y mirar para cada lado, nunca al piso, siempre al frente… Olenka era de aquellos seres contradictorios, me regaló los momentos más alegres de mi vida, y también me regaló los momentos más deprimentes. Era tan especial, que me alegraba la vida sentir a alguien tan cercano, sin embargo era tan extremadamente cariñosa, noble, sensible y amorosa que lograba exasperarme. Me di cuenta que en la calle el centro de atención era mi Olenka, yo siempre estaba oculto, la gente me decía "tan lindo el perro", "que perro tan espectacular", y del dueño qué, y del maldito del dueño qué? Me di cuenta que las personas que estuvieron conmigo, quisieron más a mi perro que a mí; mis amigos y las personas a las que más amé tuvieron que ver más con Olenka que conmigo. olenka para aquí, Olenka para allá, Olenka por esto, Olenka lo otro. Por eso es que tomé la decisión, la tomé en plena conciencia, y perdi intensionalmente a ese perro, lo solte y lo vi partir, lo vi mirarme con su cara de inocente, como pidiendo perdón por ser tan especial, por haber sido mi sombra. Sin embargo Olenka se fue.
    Fue la única persona que he querido en toda de mi vida…pero, ¿es que acaso alguna vez he querido a alguien?
     
    Fernando termina de escribir el cuento…
    Piensa en lo que ocurrio realmente:

    Al pasear con Olenka la correa se rompio, Olenka se perdio, ella jugetona y animada por correr se extravio; la busco toda una noche... al regreas a casa frustrado y cansado, solo durmio, a la mañana siguiente escucho un ladrido en la puera y supo que ese ladrido era de ella, ese ladrido unico y molesto, muy molesto, eso no importa por que ella regreso, Olenka volvio.
    Fernando se alegra, Se pone rojo… y más bien piensa en otra cosa.
     
     
    foto de Olenka a la orilla de mi cama, hoy en la mañana.


    Placeres culpables o simples trasfondos de ansiedad..?


    SE ENTIENDE COMO UNA FORMA DE TERMINAR DE CUMPLIR O SUPLIR UNA CARENCIA? O SIMPLE GUSTO IRRESISTIBLE.

    Al menos yo...Tengo varios. Algunos confesables ( hey no se entienda que tengo inconfesables de los malos malos, tengo casi inconfesables. Pero no se ventilan al aire, bueno no sé si tanto tampoco).

    Por ejemplo, uno:

    Cuando manejo solo en la carretera, siento un irresistible impulso de ir a una velocidad mayor que la permitida. Tampoco para matarse!, pero que rico es sentirse libre como pájaro, o rápido cuál liebre en este caso. Eso sí, me freno porque tan inconsciente no soy, pero de que lo he hecho si, y después me baja el cargo de conciencia...como tan irresponsable?

    El otro. Es poner la música a un nivel altísimo mientras tiro lejos los zapatos y me da por bailar y cantar solo.(y aunque hoy no estoy para bailar esta ayuda mucho).

     

    Thursday, November 01, 2012

    Me gustaria ser como tu:
     
    una persona a la q no le importa que los charquitos se seque
    que deja ir las oportunidades mas bellas de la vida
    una persona que no siente
    que omite y no resuelve
    que no cumple
    que solo da la espalda y deja atras el amor
    que solo lastima
    que deja atras el nombre de MATEO
    que solo ilusiona para despues abandonar
    que dedica canciones que jamas cumplira
    que pide pero no da nada a cambio
    que dedica poemas ya dedicados
    quisiera ser esa persona que solo abandona y pisotea.

    Friday, October 26, 2012

    Probabilidad

    No sé qué sea más probable: toparte dos veces a la misma actriz porno en el azar del free porn en la interné o toparte dos veces al mismo taxista en esta grande, grandísima ciudad, y -aquí viene un paréntesis- (siempre me ha llenado de una ternura incorregible que el chofer del taxi te diga -hasta luego- porque en el fondo ambas partes saben que tal encuentro es improbable, que no habrá una segunda ocasión para toparse. Pero existe esta magia inútil de que el encuentro entre chofer y pasajero será como la repentina coincidencia entre dos buenos amigos. -Hola, el otro día lo llevé a la Alameda, ¿se acuerda?- ) -cierro parentesis; Llevaba meses o años pensándolo pero hasta ahorita que se lo conté al taxista que me trajo desde mi casa hasta este post se me aclaró todo. Le dije que siento que yo no le funciono al mundo y que ya no sé qué hacer. ¿Cómo está eso? me preguntó el chofer falsamente intrigado. Y yo le dije, reiterativo, que no le funciono al mundo y que ya no se qué hacer.

    No le funciono a mi familia porque francamente ya asumí que soy incapaz de hacer que mi madre o mi padre se sientan orgullosos de mis logros. Todo lo que consigo, siendo francos, contradice la forma como me educaron y los sacrificios que eso implicó. Mis hermanas se resignan ante mi presencia.
    No funciono como ser humano. No quiero ser sabio ni que me aplaudan ni que me abucheen. No quiero morir.

    Y el taxista me dijo que no exagerara, que en algo debía yo ser bueno, me dijo que algo debía apasionarme y yo pensé en todo lo que me falta por leer y en todas las películas que no he visto pero en cambio le dije que nel, que ya estaba harto. Le dije que no le funciono al mundo y que no sé qué hacer al respecto.... y de repente, el taxista me dice: -yo ya lo había llevado a usted- prosigue - le gustan los insectos, la musica y el futbol-.

    Ese cabrón taxista me salvó, ese pinche Tsuru me salvó. Para qué quiero ser recordado por las mujeres a quien amé, para qué por las lineas hermosas que escribí o los consejos que di o el violin que tengo con todo y firma de una guapa artista en el muro, ¿para qué? con que el taxista me reconociera por el amor que le tengo a los bichos, la musica y al futbol, con eso me basta.

    Wednesday, October 10, 2012

    De lo poco que he aprendido en la vida: cada quien elige su infierno.

    Si en medio de la noche un ángel o un demo­nio se me apareciera ofre­cién­dome tres deseos… el segundo sería, obvio, una inau­dita memo­ria lit­er­aria: recor­dar al pie de la letra todo lo que he leído. Y no para alardear en las mesas con­cur­ri­das, más bien para no sen­tirme tan desam­parado cier­tas noches. Para abrazar con mi corazón la línea exacta que me devolverá la calma esa madru­gada. ¡Caray! Las noches son abis­mos hondísimos.

    Wednesday, September 05, 2012

    Atrapado en días sin prosa ya ni ganas de beber tengo. Se me están empezando a confundir las cosas que imagino con las que sueño y con las que pasaron. Los espejos me devuelven versiones terribles de lo que seré. Siempre he tenido la impresión de que en el pasado fui bello. Irrecuperablemente bello. En seis meses es mi cumpleaños. Celebrarlo me parece una payasada, es como asumir que uno es el cen...
    tro del mundo. Esa es una mentira. Todo a mi alrededor se cae a pedazos. Observo el río de caca. Antes mi padre me cambiaba los focos de mi casa, llevo como año y medio con el foco del cuarto fundido. Todo se cae a pedazos. Escribo índices pero nunca los cuentos que lo conforman. Internet es muy limitado: ya chequè mis tres mails, mi blog, mi facebook... ¿y ahora? el otro día escuché que llovía pero no llovía y yo le preguntaba a mis seres queridos si estaba lloviendo pero nadie me respondía y era de la ver.... una sensación espantosa porque el ruido no cesaba. ¿Llueve? ¿Llueve? Ninguno decía nada y yo no quería asomarme a la ventana porque ahí estaban los cadàveres de las putas de mi infancia. Creo que necesito una limpieza bucal. No. Más bien he perdido de vista a la ballena blanca. Mis manos ya no crecen, caray. Los edificios siguen derrumbándose pero a la vez están de pie y yo escucho la lluvia, como clavos, no falta el vecino pendejo que se pone a taladrar a las siete de la mañana, cuelga un cuadro de su bebito. Negros de humo me persiguen. Tengo que sobrevivir dos semanas más. Peinados y Remisiones y clicks de mouse y platillos carísimos y sigo sin saber si ese día estaba lloviendo.
    Atte.
    el hipocondriaco de FM

    Ninguna de las personas que lee esto sabe envejecer.

    Pienso en los ancianos hablando de cuando jugaban fut con la luz de la luna y sólo había electricidad en el centro histórico, pienso en las viejitas diciendo que antes los jóvenes les cedían el asiento en el transporte y evoco a mi abue cantando canciones que ya nadie recuerda. Pienso en ustedes diciendo: "tuve un blog medianamente chistoso y...


    eso fue todo lo que conseguí en mi vida..."
    o.. en mi facebook subía fotos de mis reiteradas e incompetentes borracheras."
    o... "ah sí... dejé el Hi5 porque era para weyes de perikoapa."
    o... "conocí al padre de mi hijo en msn, cuando murió en aquel accidente siempre me aparecía offline y nunca fui capaz de eliminar el contacto".
    o... "ah sí, me la pasaba trabajando en una prisión de cubículos y que el sol me golpeara los brazos era una excepción, pero al menos mi celular tenía bluetooth, camarita y fotos mías pasándola chévere."
    o... "fui humillado en un video que miles observaron en youtube"

    El siglo es joven pero nosotros nos hacemos viejos muy rápido.

    Tuesday, August 28, 2012

    Amo mi blog. Y cómo pasa el tiempo.

    Thursday, August 23, 2012

    No Suprises

    Tuesday, August 14, 2012

    facebook


    Y cada que tecleo "facebook" me siento muy idiota, como si fuera algo completamente alejado del interés literario. Es verdad que uno debe hacerse de cuanto recurso apoye al texto pero no lo sé.

    El ejemplo más claro es el fantasma del teléfono celular vibrando. ¿Ya lo sentiste? ¿En tu bolsillo? Vibrando inconsolablemente, dulcemente y con suavidad mecánica. Es que ese pequeño movimiento sin paz representa una cosa y sólo una cosa: existes en el mundo para alguien. Ahí está otra vez. Revisas el teléfono y no hay novedad. Cero mensajes. Cero llamadas perdidas. Pero tú jurarías que lo sentiste moverse. Son las pataditas en el vientre de la embarazada. Sí: existo. Para alguien existo. Es el fantasma del teléfono celular vibrando. Y probablemente erro en apodarlo fantasma porque eso de inmediato nos lleva a circunstancias más bien fantásticas pero, en este caso es fatalmente real, es obsesivo, es un grito que no existe pero que escuchamos. Ni en sueños, me cae.

    Translademos esa "ansiedad" a otros puertos. Presionar el botón que actualiza las páginas electróncias. Hay unas en las que no hay novedad. Hay unas en las que sí. En facebook siempre habrá alguien comunicando qué tal sabe su platillo. Siempre habrán hermosas palabras de amor entre desconocidos. En tuiter está peor: siempre habrá alguien siendo ingenioso en torno al tema del momento, ya sea un concierto que viene a la ciudad o un vergonzoso lío político.

    Sigue vibrando algo que llevamos a todos lados. No es el corazón. Es optar por estar vivo sin estarlo. Internet tiene secuestradas nuestras vidas. Emocional y espiritualmente hablando. Y dudo que tenga pensado pedir el rescate.

    Y aqui, dos link que me hacen no sentirme tan solo al respecto:
    http://www.taringa.net/posts/info/5558664/Porque-_odio_-Facebook.html
    http://ovejaperdida.wordpress.com/2009/03/11/odio-facebook/

    Wednesday, August 08, 2012

    The Hungry Ghost

    Monday, August 06, 2012

    1. Si ya nos pusimos de acuerdo todos en ser idiotas al mismo tiempo, no creo que costaría tanto trabajo acordar –imaginemos- en determinado día a determinada hora, que el país entero lea al unísono un cuento de Juan Rulfo. Por ejemplo.

    2. En esta ciudad urge legislar la posibilidad de ya no actuar como imbécil. Prohibirlo. Todos interpretamos el papel del babotas que decide es más importante llegar al otro lado de la banqueta que salvaguardar la vida esperando turno y luz roja. Los conductores por su lado, cooperan arrojando sus coches. Reina un ímpetu por morir cuanto antes en prácticamente todas las calles de una ciudad mal trazada. Mi hermano Miguel se encoraja imaginando en qué febril momento los gobernantes de esta ciudad decidieron entubar todos los lagos y trasladarlos en un ducto de caca. Habitamos una ciudad armada a las carreras y, a lo que quiero llegar, construida por desdichados.

    3. Todo lo que nos rodea fue creado desde la más profunda depresión. Los árboles los plantó un desdichado. Ese auto, la ropa de la gente, el bebé llorando, las torrecitas de Babel alrededor del ángel sobre Reforma. Habitamos un tablero cuya viruta única es un desasosiego eterno, sumado y heredado. Imperceptible. La gente habla en el cine, hace filas para depositar sus quincenas y filas para entrar a un cubo ruidoso en qué embriagarse. La gente escribe "te amo" en sus celulares Recibe mensajes que dicen "te amo". Nadie sabe amar. Mi pared tiene razón. Y a la par nos entregamos a una búsqueda torpe: que se abra el elevador y en éste habite el amor de nuestra vida, que se nos caiga una bolsa y quien nos la levante se sepa mover rico en la cama. Buscamos y buscamos. Allá a lo lejos están las montañas pero no hay acceso a ellas. Hay peinados que cuestan con lo que una familia se alimentaría meses. Ser joven es terrible: la oferta nocturna de diversión implica no poder charlar y olvidar cómo se camina. Ser madre es terrible: educar los hijos de un idiota. Las noticias en los periódicos se resumen en una frase: hay que huir. Pero no hay donde. No hay accesos a las nubes tampoco, ni existe la estación de metro Alegria. La felicidad es un estadio inalcanzable. O al menos a mí no me repleta en dichas varias tener un celular con cámara digital, música y licuadora. No encuentro logro alguno en saberme las canciones y sus coreografías. El formato general es desalentador: crecer educado por miedosos, ir a Europa antes de los treinta años, tener hijos y luego podrirse por dentro. Seguimos siendo muy jóvenes como humanidad para ver la lluvia de fuego y atender la flauta de Gabriel.

    4. Hay libros, películas, goles y cuadros. Eso está bien. En el arte, que yo llamo “la creación”, existe cierto cubil cómodo, esa es la última verdad. Pocas cosas tan conciliadoras como despertarse pensando en la película que vimos anteayer o con una canción de los Beatles reiterándose íntimamente, principiar semanas con tu equipo hasta arriba en la tabla general. El mundo es terrible, feo. Al menos hay sujetos que lo filman, narran y plasman lindo. Interminablemente lindo.